A DONDE VA LA MÚSICA?

A DONDE VA LA MÚSICA?
01/01/2022 Comentarios desactivados en A DONDE VA LA MÚSICA? Uncategorized fmerinov

Hace años, finales de los ochenta, en el grato entorno de “La Chiclayanita”, un grupo de locutores y el gestor de la emisora ya consolidada como líder en la ciudad, entre otros temas que nutrían una buena amistad, conversábamos sobre uno de los tópicos habituales: la música. Pero en esta ocasión no era sobre el rock, sino sobre la aparición de nuevos géneros en el éter y el destino final de lo que programarían las radios en el futuro.

Entre las curiosidades musicales que  nos permitíamos  estaba un disco de Dino y su “Luciérnaga” que colocábamos en la programación y que con su pegajoso ritmo y su melancólica letra motivaban contraste con guitarras eléctricas y los sintetizadores de la música de la Generación X, que por entonces ya despedíamos el colegio. Atrás quedó la hegemonía de Nor Peruana y antes Marañon, monstruos de tubos y grandes antenas en las que reinaban los géneros de los 60 y 70,  que fueron desplazadas por la calidad y economía en el costo y mantenimiento que ofrecía la FM y principalmente por la calidad de audio que brindaba a costa del alcance. Se había terminado ya irremisiblemente años antes el estilo de programación rígido y seco de las emisoras AM y reinaba ahora la calidad sonora y la frescura de la FM con formatos más flexibles.

Pero además otro fenómeno se estaba gestando sobre los tornamesas y deck´s: Muchachita triste, Zúmbalo, Tú la tienes que pagar, irrumpían en las radios de entonces y el tema de conversa de la reunion se centraba en hacia adonde iban a caminar las corrientes musicales en los próximos años. Difícil pensar que en ese momento la juventud de la ciudad, en esas épocas definitivamente cercana al rock, de los grandes monstruos de siempre, de las nuevas tendencias new wave, punk, hard core, rockabilly,  y el nuevo rock en español que ya se consolidaba esos años con sus propios dinosaurios, los argentinos, GIT, Soda y el gran Cerati (Dios devuélvenos a Cerati y te mandamos a Arjona), los Prisioneros, La Ley desde Chile y los nuestros con el genial Micky, en su restaurant Marjorie y en Radio Marginal, allá en Tocache; Caradehaba y su nera, nerita… (o su pacha, como olvidarla, si con ella rompimos un carro); Pedrito y sus angelitos con su Sacudía y Me Enfermé en Brasil, (después ya sólo, se hizo romántico) y cuantos mas que animaron a la juventud de esas épocas y que si seguimos no terminamos.

Pero el dilema iba por ese lado: ¿hacia adónde vamos? Los mas decían que eran corrientes pasajeras, el rock es cultura, nunca morirá; estaba allí casi todo el staff de locutores de la radio y era obvio que las opiniones iban en su mayoría por allí, sin embargo algunos decían que era posible que la tendencia iría por el lado de los ritmos tropicales, no olvidemos que la cumbia está presente en todo el Perú y que la Salsa, reinante entre algunos sectores de la gran Lima con Radiomar “Plussss”, que poco a poco iba invadiendo mas frecuencias y hasta la radical Panamericana estaba cediendo a la programación, e influía y se escuchaba ya por momentos y en varias emisoras de por acá, allí estaba el genial Ricky La Rosa, previo a la hora del almuerzo con Gabino Pampini, las de Blades de ese tiempo, pero que eran como lunares entre las 12 o 14 horas de programación de entonces.

Entonces alguien por allí dijo que quizás el merengue era el que, con fusiones y agregados de la cumbia, la salsa y otros ritmos tropicales, podría adueñarse de la preferencia juvenil, ya que no estaban siendo rechazados por la juventud y por el contrario, se empezaban a escuchar y bailar en “El Salonazo” de ese entonces…

La conversa quedó allí. Y con el tiempo los ritmos cambiaron, por que la ciudad cambió también: de los 10,000 habitantes que había por entonces, la población se fue incrementando rápidamente; la zona este de la ciudad, destinada al desarrollo urbano en el Plan Director de la ciudad (Higos Urco y alrededores), fue dejada de lado debido a las expectativas de los propietarios que ofertaban a altos costos los terrenos y en cambio, zonas del Sur y Sur Oeste, destinadas a usos recreativos por su inestabilidad geológica, fueron ocupados, en su gran mayoría de manera informal, por pobladores de las zonas rurales de Chachapoyas y Luya, en su gran mayoría, pero también de los vecinos de Bongará y Rodríguez de Mendoza en menor grado. Santa Rosa de Lima, de Luya Urco, Santo Toribio de Mogrovejo, Señor de los Milagros, Pedro Castro, Virgen de Asunta y más recientemente 16 de Octubre, fueron recibiendo a la creciente población de la ciudad y conformando la nueva Chachapoyas. La universidad también creció, acaba de celebrar su 20 aniversario y según datos tiene ya cerca de 4000 personas entre docentes, personal administrativo y principalmente, alumnos, jóvenes que proceden en su mayoría de los distritos de Chachapoyas y sus provincias cercanas con los que la población actual debe bordear ya los 30,000 habitantes.

Tenemos entonces nueva generación y nueva gente en la ciudad, bienvenidos por cierto. Y vienen con sus propias costumbres y cultura, y con sus propios gustos musicales, muchos adoptan las costumbres citadinas, pero también conservan lo que escucharon en su infancia, y lo que escuchamos en nuestra infancia, por que quien puede decir que le es ajena una cumbia de Los Destellos, o del Cuarteto, Internacional, Continental o del que fuera… Y los Galladitas? Quien dice que no los conoce?. Tenemos alma andina, todos; querámoslo o no. Y estuvo latente todos estos años, algunos lo manifestábamos otros no, pero allí estuvo. Con el paso del tiempo, el crecimiento de la ciudad y el avance de las áreas urbanas, también se fueron modificando los gustos musicales, y las emisoras, mas tarde que temprano, también se fueron dando cuenta de estos cambios y adecuando, empíricamente, intencionalmente o debido a la presión de las corrientes musicales que imponen las demás emisoras regionales o los gigantes nacionales que impusieron sus propios Idolos: Radio Cumbia, Caribeña, Radio Q, el gran imperio de  la cumbia costeña, la cumbia andina y finalmente la tecnocumbia se fueron filtrando a través del tiempo en las programaciones radiales hasta posicionarse fuertemente en los gustos musicales de las mayorías, los líderes indiscutibles del cálido norte, en Chiclayo los Yaypén y su Grupo 5 y Aguamarina un poco mas arriba en Piura, imponen los éxitos que se oyen en el país, creando nuevos Idolos para la nueva juventud. Cambiaron los paradigmas y se extinguieron los marcados limites de los rockeros y discotequeros. Entre minorías que aún oyen música melódica y los nostálgicos ochenteros, ya existe un nuevo duelo de melodías que se debate entre los ritmos monótonos del reggaetón y sus subgéneros por un lado y por el otro, su majestad la cumbia. Nueva generación de locutores para el genero aparece y allí está Blondy CeCarlos y toda la generación de la nueva cumbia.

Pero hay mas, paralelamente a esta historia, se fue formando una nueva corriente, la tecnología y el marketing llegaron también hasta los géneros autóctonos y fueron creando fusiones interesantes: en Cajamarca los alegres clarines se fusionaron con la electrónica y apareció String Karma, Los Campesinos y su Huayno Reguetonero, mas al norte, el Sanjuanero y así, muchos mas en el centro y en el sur del pais.

Pero la tecnología no solamente interviene en el proceso de creación e interpretación de la nueva música, el incremento de la cobertura de la red eléctrica y la interconexión nacional de energía eléctrica hace lo suyo brindando la posibilidad de usar artefactos eléctricos las 24 horas en distritos, anexos y centros poblados así como un gran porcentaje de la población rural, por un lado. Por el otro, es la cobertura de redes de telecomunicaciones con sus antenas que aparecen en los cerros mas impensados y permiten la comunicación en cada vez mas lugares, pero es el internet 2, la clave que hace posible la aparición del fenómeno del siglo XXI en la comunicación: el Prosumidor (rompe el esquema de Emisor, Medio, Mensaje, Receptor y permite que el mismo sujeto sea consecutivamente productor y receptor de mensajes) destruyendo también la hegemonía de los medios masivos y se desarrolla en su medio nativo;: las redes sociales,

Sumemos entonces a la aparición de los nuevos géneros, por decirlo así, nativos; la energía eléctrica, la conectividad, el internet 2, la aparición de los nuevos medios y el fin de la exclusividad de los medios tradicionales, al menos así como los entendíamos, y nos encontramos con un panorama al que solamente le faltaba el “engagement”, el enganche así denominado por el marketing actual, y esto se dio finalmente, como debió ocurrir para alcanzar el éxito: un lenguaje que hable y que empatice con el nuevo oyente, que le habla de sus vivencias auténticas, el día a día en el campo, el enamoramiento, las situaciones románticas que vive el campesino, sus romances furtivos, la agudeza y humor con el que la gente del campo vive su día a día, superando sus dificultades, el campo, la cosecha, la siembra, la cutipa…

Es el caso de Dina Ramos, joven y fresca voz que se identifica con su publico y logra enganchar a su audiencia con su dialogo auténtico y el adicional de la imagen, la transmisión online que permite agregar a la magia de la radio la imagen, en este caso, fresca juvenil de rasgos locales, (desechando los estereotipos “occidentales” que caracterizan la TV y los medios tradicionales) que con una voz algo sobreimpostada y siempre en movimiento, bailando, haciendo mímica de las letras y con gestos que enfatizan las situaciones que presentan las letras, una cabina que rompe los estereotipos y los cánones de una radio “formal”, no ves paneles no el tecnopor que reduce la reverberación y el ruido, más bien una pantalla grande de fondo que añade impacto a los comerciales y dinamismo al programa y espacio para la alegria de Dina, todo esto engancha y cautiva al oyente.

Definitivamente una muestra de la nueva realidad en los medios en los que el llamado “Ecosistema Digital” utiliza medios antes pensados incompatibles, las radios transmiten por internet, las televisoras hacen noticias en texto, los periódicos emiten videos, todo gracias a las posibilidades que brinda el internet y las redes sociales y que en la práctica esto se produjo aquí, sin teoría o grandes postulados teóricos, como la famosa frase de Jurassik Park: “La Vida siempre se abrirá camino”.

Seguramente que esto que les estoy narrando parte de una corriente nacional, o macro regional, pero es evidente que los resultados de esta propuesta original que excluye los géneros tradicionalmente marketeados por las emisoras, no merengue, no bachata, no reggaetón, menos rock, solo Peru y andino, tiene éxito: En la edición del 4 de noviembre (fecha que se redactó esta nota): 1300 likes, 1000 comentarios y 493 veces compartido, 255,828 me gusta a la pagina y 1´262,195 seguidores a la fecha, una pauta ingente que va tanto por audio como por la pantalla instalada al fondo de la cabina/set, que Dina resalta con menciones. Y es lo que vemos, cuántas visualizaciones diarias, cuantos clics en los anunciantes?, cuanto de audiencia real a través de las ondas de la FM en donde no llega el internet? cuánto contribuye a la caja de la radio y cuan rentable es la radio gracias a su genero? Dios y el gerente lo saben. Si bien es seguramente una tendencia nacional, en cuanto a la música y mundial en cuanto a lo tecnológico, esta propuesta local es auténtica y seguramente que el éxito la va a seguir durante mucho tiempo.

Ah, Dina es estudiante de Derecho en nuestra UNTRM, ingresó a la radio digamos, por responsabilidad familiar, el dueño es su hermano, pero seguramente que pronto ella será accionista y quizás mayoritaria, por el gran impacto que está logrando con su imagen en la empresa.

Mas éxitos para Dina y seguramente un gran trabajo de análisis para los teóricos de la comunicación, que tendrán que develar y sistematizar este proceso de cambio disruptivo que hizo ingresar raudamente estos nuevos géneros en la programación radial y a la vez en el nuevo panorama multimedial, digital e impactar en la nueva audiencia nunca más pasiva que se dio en llamar el prosumidor.

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Francisco Merino